miércoles, 16 de enero de 2013

La degeneración de la constancia o los manuscritos de Wilco Lynch


constancia1.
(Del lat. constantĭa).
1. f. Firmeza y perseverancia del ánimo en las resoluciones y en los propósitos.


La señora Constancia y yo somos viejos conocidos. Es mi asignatura pendiente. Es mi talón de Aquiles.

Siempre he sido una persona con poca fuerza de voluntad, me refiero a para esas cosas que implican realizar una actividad durante mucho tiempo seguido, durante muchos meses o años. Siempre he sido una persona que deja que su cabeza se separe y tome altura sobre la ciudad, evadiéndome de este mundo cada día más abrupto y sin compasión. Siempre he tenido mucha imaginación, pero nunca he sabido sacar provecho de ello.

Desde siempre me ha gustado escribir, pequeñas estupideces, muchas de ellas sin sentido e inacabadas que acabaron ocupando un rincón en mi cabeza o, en algunos casos, unas cuantas hojas en un viejo cuaderno... Todo ello por que la señora constancia no se encontraba en la sala cuando vine a la vida: ¡estúpida!

Pero creo que, como muchas cosas en el mundo, siempre se puede superar una adversidad si te fuerzas a llevarla a cabo. Supongo que es por ello lo que me ha motivado a escribir este blog, o como yo lo llamo, un cajón donde guardar los desvaríos de un hombre que ha perdido la cordura. No prometo constancia, ni siquiera sé si esta será mi primera y única entrada, pero voy a intentarlo...

Además de en cuanto al desarrollo de mi actividad cultural, además de tratar de desarrollar esas ideas que se aglutinan en mi cabeza, estoy tratando de llevar a cabo un proyecto que hace años que llevo convenciéndome que debo realizar y que no he conseguido ponerme a ello hasta ahora: ponerme en forma.

Pero creo que ya he soltado mucha información para la primera entrada del blog, no quiero aburriros.

Continuará...







...continuará?

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